1. EL COMIENZO DE LOS RITUALES
Los pacientes con TOC necesitan rituales (lavado de manos, conteo de tazas). La terapia de exposición que realizarás después con tu paciente hará que no vuelvan a hacer sus rituales. No se puede pedir a un paciente que los detenga, es demasiado brutal y va a traumatizar al paciente. Hay que hacer las cosas de manera lenta y progresiva para que puedan disminuirlas a medida que van avanzando. Para ello, va a tener que tocar varios parámetros de estos rituales. Esto implica que usted debe estar al tanto de las prácticas de sus pacientes. Por ejemplo: ¿Cuánto tiempo duran? ¿Qué es lo que los desencadena? ¿Qué utilizas?
Lo primero que debe hacer con su paciente es enumerar las situaciones en las que ocurren. Hay que estructurar de manera que se responda a las preguntas: ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Con quién? ¿Cuánto tiempo? También se le puede entregar una hoja con unas cincuenta casillas vacías para que las cuente. Es necesario enumerar todas las situaciones y modalidades del ritual, ya sea conductual (comprobar los bloqueos, limpiar), o relacionado con el pensamiento (contar)Una vez que todas las situaciones y los rituales principales enunciados, puede comenzar a modificarlos con el paciente. En base a los parámetros mencionados, usted va a modificar a medida que cada uno de los parámetros que va a llegar después de varios meses o incluso después de un año a una parada de este ritual.
2. LA FRECUENCIA DEL RITUAL
El primer parámetro a modificar es la frecuencia del ritual. Si el paciente se lava las manos 50 veces al día, podrá disminuir a 45 veces. Para modificarlas, los pacientes deben comprometerse y poder hacerlo. El objetivo es que puedan realmente cambiar esa frecuencia en este ritual. Pregúntele: «¿Si se pasa de 60 a 45 veces al día, puede hacerlo?» Una vez que se ha comprometido, puede darle otra tabla con las reglas básicas. (Tengo que cambiar mis rituales, tengo que seguir mis terapias, tengo que aplicar mis terapias). El otro parámetro en el que podemos jugar es la duración del ritual, si tu paciente se lava las manos durante 5 min, puedes proponerle que se lave solo 4 min 30.
3. EL INICIO DEL RITUAL
Otro factor a tener en cuenta es el retraso en la iniciación del ritual. Por ejemplo, dígale a sus pacientes que cuando está angustiado y se lava las manos, es posible que no se lave las manos inmediatamente, sino que espere 30 segundos. Proponle mientras espera a hacer meditación, métodos de relajación, repetir eslóganes, la imagen mental vista en terapias anteriores.
4.LA RETIRADA DE LOS ELEMENTOS
También se puede jugar con la eliminación de ciertos elementos asociados a los rituales. Por ejemplo: el uso de una marca específica de jabón para lavarse las manos. Proponle que cambie la marca de ese jabón. En el ejemplo visto a lo largo de este artículo, el paciente que va a lavarse las manos 50 veces al día ya no se lavará 50 sino 40 veces y no más 5 min, sino 4 min 30, así que va a retrasarse 30 segundos y no lavarse con el mismo jabón. Todos estos cambios, junto con el ritual, se anotarán en la tabla del paciente para que lo recuerde.
Los parámetros se van modificando a medida que se juega sobre la frecuencia, la duración hasta conseguir una extinción total del ritual. Si el paciente no ha podido seguir los cambios de todos estos parámetros, solo se le ofrecen uno o dos.
5. LA FOBIA A LOS PULSOS
Hablemos en esta última parte de la fobia de impulsos. Es un falso amigo, no es una fobia sino un TOC de impulsos. Son pacientes que van a decir: en lugar de caerme, me voy a arrojar, o voy a estrangular a mi marido, voy a dar una patada en el poodle de la abuela. Todo el mundo tiene este tipo de pensamiento, la mayoría de las personas no prestan atención. En la fobia de impulsos, los pacientes se mantendrán centrados en este tipo de pensamiento. Al tratar de mantenerse en control y esforzarse por no pensar en ello, fortalecerán esos pensamientos que volverán una y otra vez. Tener pensamientos extraños es un fenómeno normal, es el proceso de funcionamiento del cerebro. Es normal tener pensamientos violentos, blasfemos, transgresores. En el toque de impulso, no hay paso al acto porque, precisamente, el paciente teme pasar el acto.
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