Trastorno disociativo de la identidad

El trastorno disociativo de la identidad o TDI es un trastorno mental que anteriormente se llamaba trastorno de personalidad múltiple. Este trastorno se caracteriza por la presencia de una o más alter (identidades) que van a tomar el control de la persona.

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1. ¿QUÉ ES EL TRASTORNO DISOCIATIVO DE LA IDENTIDAD?

Este trastorno se caracteriza por la presencia de una o más alter (identidades) que van a tomar el control de la persona.

El trastorno disociativo de la identidad o TDI es un trastorno mental que anteriormente se llamaba trastorno de personalidad múltiple

Las diferentes identidades que se pueden encontrar en el TDI, se llaman «Alters«. 

Las Alters no son todas iguales. Ellas no van a tener el mismo sexo, la misma edad, la misma personalidad. También pueden ser diferentes a nivel lingüístico. Un alter ego puede hablar inglés mientras que todos los demás hablan francés por ejemplo. No tendrán las mismas creencias, culturas o comportamientos. Cada Alter tiene sus propios recuerdos, algunos se quedarán con los eventos traumáticos mientras que otros no tendrán ninguno.

El TDI es un trastorno que puede ser todavía hoy controvertido en la comunidad científica. Durante mucho tiempo este trastorno se ha mezclado con la esquizofrenia, por ejemplo. 

La disociación a menudo proviene de experiencias traumáticas en la infancia, cuando se forma la identidad. 

La disociación es una respuesta a experiencias traumáticas o estresantes que pueden ser física o psicológicamente amenazadoras. También puede ser considerada como una estrategia de adaptación que ayuda a las personas a evitar el dolor y el estrés emocional asociados con los eventos traumáticos.

Dos formas de TDI :

Por lo tanto, hay dos formas diferentes de TDI

  • TDI de forma posesiva : Esta forma está representada por las alters que toman el control del comportamiento del huésped.
  • TDI de forma no-posesiva : La persona permanece presente, sin embargo las personas verbalizan que varias alters se manifiestan a través de ella.

Prevalencia y causas

La dificultad para diagnosticar el TDI, su estigmatización y la complejidad del trastorno pueden dificultar la estimación de la prevalencia

Sin embargo, según los estudios, se informa de 1 a 1,5% de personas con TDI

La TDI también es más frecuente en personas que han sufrido traumas repetidos durante la infancia, especialmente abusos sexuales, físicos o emocionales.  Las investigaciones muestran que hasta el 90% de las personas con TDI han experimentado traumas durante su infancia.

Estos traumas durante la infancia, pueden haber provocado problemas de regulación emocional y alteraciones en el desarrollo cerebral.

De 1 a 1.5% de las personas tienen TDI

2. SÍNTOMAS

→ Los síntomas del TDI incluyen la presencia de dos o más alters que toman control del comportamiento de una persona de manera recurrente.

Las personas con TDI también pueden tener importantes lagunas de memoria para eventos traumáticos o estresantes

Algunas personas tendrán recuerdos traumáticos, con los diferentes recuerdos que han debilitado su identidad, mientras que otras personas no tendrán ningún recuerdo de estos eventos y solo conservarán lo mejor. 

Así las personas sin recuerdos traumáticos están protegidas de lo que han podido vivir de difícil.

Otros síntomas comunes de TDI pueden incluir cambios en el comportamiento y la emoción, flashbacks, pesadillas y alucinaciones.  Las personas con TDI también pueden tener dificultades para establecer relaciones saludables y mantener una imagen estable de sí mismas.

El trastorno disociativo de la identidad (TDI) es un trastorno psicológico complejo y poco común que se caracteriza por una fragmentación de la identidad en varios estados de personalidad disociados. 

Las personas con TDI a menudo tienen síntomas que pueden afectar su vida diaria y bienestar emocional. 

Algunos de los síntomas más comunes del TDI son:

Amnesia disociativa

Las personas con TDI a menudo tienen una pérdida de memoria significativa en algunas partes de su vida. Estas pérdidas de memoria son causadas por estados disociados de la personalidad que son responsables de los eventos que ocurrieron durante este período.

Trastornos del sueño

Trastornos del sueño, como pesadillas e insomnio, debido a la ansiedad y confusión que rodean su estado disociado.

Automutilación y comportamiento de riesgo

También pueden tener comportamientos de riesgo, como autolesiones, trastornos alimentarios y conductas sexuales de riesgo. Estos comportamientos pueden estar relacionados con diferentes estados de personalidad y sus diferentes creencias y necesidades.

Flashbacks y alucinaciones

Las personas con TDI pueden tener flashbacks y alucinaciones relacionadas con eventos traumáticos que han causado la fragmentación de su identidad en diferentes estados de personalidad. Estos recuerdos y alucinaciones pueden ser muy perturbadores y difíciles de manejar. Estos síntomas están relacionados con un estado de estrés postraumático de ciertos eventos vividos.

Alteración de la personalidad

Las personas con TDI a menudo tienen cambios en la personalidad que se manifiestan por cambios en el comportamiento, las actitudes y las creencias. Los diferentes estados de personalidad pueden tener nombres diferentes, edades diferentes, voces diferentes y formas diferentes de expresarse. Así, una mujer de unos 20 años físicamente, tal vez un alter masculino de 3 años.

Despersonalización y desrealización

Las personas con TDI pueden experimentar sentimientos de despersonalización y desrealización. Estas reacciones suelen ser de protección

Así, en el marco de la despersonalización, la persona va a tener la impresión de verse desde fuera de su cuerpo y de vivir todos los acontecimientos sin estar anclada en su cuerpo

Mientras que la desrealización es una percepción modificada de la realidad, las personas pueden sentir que nada es real alrededor de ellas.

Ansiedad y depresión

Las personas con TDI pueden sufrir de ansiedad y depresión debido a la confusión e incertidumbre que rodean su estado de personalidad disociada. 

Los diferentes estados de personalidad pueden tener creencias, emociones y necesidades diferentes, lo que puede dificultar la comprensión de uno mismo y la comunicación con los demás.

3. DIAGNÓSTICO

El diagnóstico de TDI puede ser difícil debido a la naturaleza compleja y variable de los síntomas. 

Las personas con TDI pueden ser diagnosticadas erróneamente con otros trastornos como depresión, ansiedad, esquizofrenia o trastorno bipolar. Por lo tanto, el diagnóstico puede tardar mucho tiempo en hacerse.

4. TRATAMIENTO

La psicoterapia :

La psicoterapia parece ser una de las soluciones más recomendadas para el trastorno disociativo de identidad.

Los enfoques terapéuticos comunes para el TDI incluyen la terapia cognitivo-conductual, la terapia interpersonal, la terapia grupal y la terapia centrada en la disociación. La terapia también puede incluir técnicas de manejo del estrés, relajación y mindfulness.

En el marco de la psicoterapia, el objetivo será tratar de unir las diferentes personalidades en una sola. Si esto no es posible, el objetivo será permitir una convivencia entre las diferentes edades que sea lo más armoniosa posible.

- Terapia cognitivo-conductual :

La terapia cognitivo-conductual puede ayudar a tratar síntomas como depresión y ansiedad al ayudar a la persona a cambiar sus pensamientos y comportamientos negativos. 

Como hemos visto anteriormente, el trastorno disociativo de la identidad está estrechamente relacionado con otros trastornos psíquicos. Así, la terapia cognitivo-conductual permitirá acompañar a la persona en el manejo de las emociones relacionadas con estos trastornos asociados.

También se puede iniciar un trabajo sobre el estrés postraumático, con las personas que tienen recuerdos traumáticos. Desde el inicio de la terapia, la persona aprende a diferenciar las diferentes edades existentes o al menos una parte de ellas.

- Terapia de grupo :

La terapia de grupo puede ser útil para las personas con TDI, ya que puede ofrecerles apoyo emocional y social. La terapia de grupo también puede ayudar a mejorar las habilidades sociales, promover la confianza en uno mismo y mejorar la comunicación con los demás.

- Terapia de hipnosis :

La terapia hipnótica puede ayudar a explorar los recuerdos disociados y fortalecer las conexiones entre los diferentes estados de personalidad. La hipnosis puede ser útil para tratar síntomas como ansiedad, fobias y recuerdos.

Los medicamentos

Los medicamentos, como los antidepresivos y los estabilizadores del estado de ánimo, también pueden utilizarse para tratar los síntomas asociados con el TDI.

5. PREVENCIÓN

La prevención de TDI es difícil porque los factores de riesgo están a menudo fuera del control de la persona. Sin embargo, los esfuerzos para prevenir el trauma y el abuso infantil son importantes para reducir el riesgo de desarrollar TDI.

Cuando se produce un trauma, una intervención rápida y adecuada puede ayudar a reducir los efectos negativos a largo plazo sobre la salud mental y física de la persona.

CONCLUSIÓN

El trastorno de identidad disociativo es un trastorno mental complejo caracterizado por la presencia de dos o más identidades o personalidades distintas que toman control del comportamiento de una persona de manera recurrente. Las personas con TDI también tienen importantes lagunas de memoria, especialmente para eventos traumáticos o estresantes. Esta amnesia se explica por la presencia de estos recuerdos solo en algunas edades.

Es importante tener en cuenta que el TDI es un trastorno poco común y que la mayoría de las personas con traumas no lo desarrollan. Sin embargo, para aquellos que son diagnosticados con TDI, la terapia psicológica puede ayudar a mejorar la calidad de vida y reducir los síntomas.

En última instancia, el TDI sigue siendo un tema controvertido en el campo de la psicología y la psiquiatría debido a su carácter único y complejo. Sin embargo, los profesionales de la salud mental continúan explorando las causas subyacentes y los tratamientos para ayudar a aquellos que están afectados por este trastorno a superar sus dificultades y llevar una vida plena.

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Asimismo, en el manejo de la TERV (Terapia de Exposición con Realidad Virtual), disponemos actualmente de múltiples programas que responden a factores psiquiátricos, psicológicos y neuropsicológicos importantes: relajación, estimulación cognitiva, activación conductual, habilidades sociales, entre otros.
La reminiscencia es una herramienta terapéutica clave en el tratamiento de la depresión. Al ofrecer a los pacientes la posibilidad de revivir sensaciones relacionadas con actividades placenteras previamente realizadas (como el deporte, la conducción o los viajes), se estimulan las áreas cerebrales hipoactivas, favoreciendo así el éxito terapéutico. La realidad virtual se presenta como un mediador muy útil para reactivar el interés en actividades placenteras.
Por otro lado, la estimulación cognitiva en personas mayores también es una posibilidad que ofrece la realidad virtual. Gracias a la tecnología, que hace que las actividades de estimulación sean más entretenidas y accesibles, los pacientes y residentes de EHPAD pueden trabajar sus funciones ejecutivas y su memoria mediante aplicaciones diseñadas específicamente para esta población.
Hoy en día, la realidad virtual en el campo de la salud mental está avanzando a un ritmo acelerado. Investigadores, clínicos y desarrolladores están trabajando en nuevas patologías objetivo para ofrecer próximamente dispositivos terapéuticos innovadores y efectivos.
La realidad virtual puede ser utilizada por todos los profesionales de la salud que acompañan a pacientes con ansiedad, fobias, trastorno de estrés postraumático, adicciones u otros trastornos psicológicos.
Es especialmente adecuada para psicólogos, psiquiatras, neuropsicólogos, enfermeros especializados, así como para psicomotricistas, fisioterapeutas, dietistas, sofrologos, hipnoterapeutas o cualquier otro terapeuta involucrado en la gestión del estrés o el bienestar mental.
Gracias a una variedad de entornos inmersivos, esta tecnología enriquece los enfoques terapéuticos y proporciona herramientas innovadoras para mejorar el cuidado de los pacientes.
Al equiparse con dispositivos que permiten la Terapia de Exposición con Realidad Virtual (TERV), los terapeutas pueden ampliar su campo de práctica. La TERV es un enfoque terapéutico integral que aborda de manera efectiva diversos desafíos psicológicos.
Adoptar esta solución terapéutica también ayuda a los terapeutas a destacarse entre los prescriptores y diferenciarse de las opciones de tratamiento más convencionales.
Además, más allá de ser una ventaja estratégica para el crecimiento de una consulta o un centro de atención sanitaria, la TERV cuenta con el respaldo de la validez científica de la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC). En la práctica clínica, fomenta el compromiso terapéutico gracias a su carácter interactivo y atractivo.
Asimismo, esta tecnología ofrece un importante ahorro de tiempo, ya que una amplia gama de entornos de exposición están fácilmente accesibles desde el consultorio del terapeuta.
Uno de los grandes beneficios de la realidad virtual es que es efectiva en un amplio espectro de la población. Las investigaciones muestran que puede usarse con personas de diferentes edades, obteniendo resultados terapéuticos significativos.
Adultos:
Los estudios evidencian una excelente viabilidad y resultados significativos en el tratamiento de trastornos de ansiedad (incluida la fobia escolar), autismo, adicciones, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos neuropsicológicos, psicóticos y afectivos.
Adolescentes:
En adolescentes, la realidad virtual tiene un valor añadido al aumentar su compromiso terapéutico e interés en la terapia.
Adultos mayores:
En adultos mayores, los estudios sugieren su uso para estimular la cognición, tratar trastornos del comportamiento y reducir la ansiedad.
Uno de los grandes beneficios de la realidad virtual es que es efectiva en un amplio espectro de la población. Las investigaciones muestran que puede usarse con personas de diferentes edades, obteniendo resultados terapéuticos significativos.
Adultos:
Los estudios evidencian una excelente viabilidad y resultados significativos en el tratamiento de trastornos de ansiedad (incluida la fobia escolar), autismo, adicciones, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos neuropsicológicos, psicóticos y afectivos.
Adolescentes:
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Adultos mayores:
En adultos mayores, los estudios sugieren su uso para estimular la cognición, tratar trastornos del comportamiento y reducir la ansiedad.
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