Alto Potencial Intelectual

API – Superdotado o incluso Cebra. Todos estos términos se refieren al mismo principio. El término API ha ganado notoriedad en los últimos tiempos, ya sea en la televisión a través de noticias o series (por ejemplo, HPI con Audrey Fleurot) o incluso en las redes sociales. Veamos juntos qué significa tener Alto Potencial.

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1. ¿QUÉ ES UNA PERSONA API?

Una persona con Alto Potencial Intelectual se considera que tiene un funcionamiento neuroatípico. Esto significa que su desarrollo neurológico es diferente al del resto de la población. Las personas con Alto Potencial no son superiores a los demás, sino que tienen una capacidad mayor para establecer conexiones rápidamente entre distintos elementos y memorizar información con mayor facilidad.

En general, se distinguen dos tipos de Alto Potencial:

  • API: Alto Potencial Intelectual
  • APE: Alto Potencial Emocional

Ser API

El API o Alto Potencial Intelectual indica que la persona tiene una inteligencia cognitiva superior en comparación con su grupo de edad. Para ser considerado API, el Coeficiente Intelectual (CI) debe ser superior a 130, lo que representa el 2,3% de la población con mayor CI.

El API se relaciona principalmente con las habilidades cognitivas, tales como:

  • Diferentes tipos de memoria
  • Conocimientos generales
  • Capacidad lógica
  • Aptitudes visoespaciales

Las personas API suelen pensar de manera menos lineal, desarrollando lo que se conoce como pensamiento en árbol: una idea genera muchas otras, lo que puede generar dificultades de concentración en una sola tarea.

Esta dificultad puede llevar a un diagnóstico de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), aunque no todas las personas API lo tienen. Otro diagnóstico relacionado es el de TEA (Trastorno del Espectro Autista), especialmente el Síndrome de Asperger, pero, nuevamente, no todas las personas con Alto Potencial tienen Asperger y viceversa.

Ser APE

El APE o Alto Potencial Emocional se refiere a una inteligencia emocional superior. Estas personas no tienen necesariamente las mismas habilidades cognitivas que los API, pero poseen altas capacidades emocionales.

Sus características incluyen:

  • Fuerte sensibilidad
  • Empatía elevada
  • Gran capacidad para comprender sus propias emociones y las de los demás
  • Buenas habilidades sociales y capacidad de escucha

Es importante no confundir el APE con la hipersensibilidad. Mientras que una persona hipersensible reacciona intensamente a estímulos como ruidos, luces o sensaciones físicas, el APE se centra exclusivamente en la gestión y percepción de las emociones. Aunque pueden coexistir, no son lo mismo

2. ¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS ENTRE API – APE – SUPERDOTADO – CEBRA?

Con tantos términos, es fácil confundirse. Vamos a aclararlo:

En la comunidad científica, el término oficial es «Alto Potencial». Sin embargo, en el lenguaje común se utilizan términos como “superdotado” o “cebra”, aunque todos se refieren a las mismas características.

3. ¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS DE UN API? ¿CÓMO SABER SI LO SOY?

No hablamos de “síntomas” en los Alto Potencial, ya que este término se asocia a una patología o enfermedad, y ser API no es una enfermedad sino una característica.

Para saber si alguien es API, existen tests profesionales realizados por psicólogos o psiquiatras.

Algunas señales que pueden indicar un Alto Potencial:

  • Aburrimiento en la escuela, con riesgo de fracaso escolar, ya que pueden sentir que los profesores repiten demasiado o que el ritmo de aprendizaje es demasiado lento.
  • CI superior a 130, medido mediante escalas como WISC (para niños) o WAIS (para adultos).
  • Memoria excepcional, especialmente para temas que les interesan.
  • Alta sensibilidad emocional.
  • Curiosidad extrema, con la necesidad constante de aprender y comprender el «por qué» de las cosas.
  • Dificultades en las relaciones sociales, pudiendo experimentar aislamiento social. Mientras que los APE suelen ser muy sociables pero tienen dificultades para mantener relaciones a largo plazo.
  • Perfeccionismo extremo, lo que puede generar una autoimagen negativa al sentir que “nunca es suficiente”.
  • Sensación de ser diferente, lo que puede generar sufrimiento y desajuste en su entorno.

Si crees que puedes ser Alto Potencial, es recomendable consultar a un profesional capacitado para una evaluación.

4. ¿QUÉ ESTUDIOS Y PROFESIONES SON ADECUADOS PARA LOS API?

Si eres API, puede que tengas dificultades para adaptarte al mundo laboral y te preguntes qué profesiones te pueden convenir.

Mala noticia… No hay un trabajo específico para las personas API.

Lo más importante es encontrar una carrera que se alinee con tus intereses, valores y necesidades. Muchas veces, se necesita explorar distintas áreas antes de encontrar la adecuada.

Los API suelen preferir trabajos que:

  • Requieran análisis y reflexión constante.
  • Estimulen su curiosidad intelectual o emocional.
  • Eviten la monotonía.

Por el contrario, un trabajo repetitivo puede generar aburrimiento extremo, lo que podría derivar en un bore-out (agotamiento mental por falta de estímulos).

Además, los API son propensos al burn-out (agotamiento por sobrecarga laboral), ya que tienden a asumir muchas tareas a la vez y su alta capacidad de aprendizaje puede hacer que sus jefes les asignen más responsabilidades de las que pueden manejar.

Algunas profesiones que pueden encajar con los API:

  • Tecnología e informática
  • Relaciones humanas y psicología
  • Comercio y ventas
  • Arte y creatividad
  • Investigación y desarrollo

 

Conclusión: Ser Alto Potencial no es una enfermedad ni una patología. Es simplemente una forma diferente de percibir, pensar y comprender el mundo. Si esto representa una dificultad o sufrimiento en tu vida, un profesional puede ayudarte a comprenderlo mejor y gestionarlo.

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A menudo asociado

Fobias sociales

Ansiedad

FAQ

La realidad virtual (VR) es una tecnología innovadora que permite exponer a los pacientes a entornos inmersivos y controlados, facilitando así el manejo de diversos trastornos psicológicos y psiquiátricos. Su uso en la salud mental ofrece varios beneficios:
  • Exposición progresiva y controlada: La VR permite enfrentar a los pacientes a situaciones que generan ansiedad en un entorno seguro, ajustando gradualmente la intensidad de los estímulos para fomentar la habituación y la regulación emocional.
  • Entorno realista y reproducible: A diferencia de las técnicas tradicionales, la VR ofrece escenarios inmersivos que se pueden reproducir de manera idéntica, garantizando un tratamiento coherente y efectivo.
  • Mayor compromiso del paciente: La naturaleza interactiva e inmersiva de la VR aumenta la adhesión al tratamiento y motiva a los pacientes a continuar con su terapia.
  • Atención personalizada: Gracias a los entornos virtuales adaptables, los terapeutas pueden ajustar los ejercicios a las necesidades específicas de cada paciente.
  • Aplicaciones diversas: La VR se utiliza para tratar trastornos de ansiedad (fobias, trastorno de estrés postraumático, trastornos obsesivo-compulsivos), adicciones, trastornos del estado de ánimo e incluso en la rehabilitación cognitiva.
¡El uso de la realidad virtual en la salud no es algo nuevo! Se ha estudiado y aplicado durante más de 30 años en los campos médico y psicológico. A principios de la década de 1990, los investigadores comenzaron a explorar su potencial para tratar trastornos de ansiedad, especialmente fobias y trastorno de estrés postraumático. Desde entonces, numerosos estudios científicos han confirmado su eficacia en el manejo de diversos trastornos psiquiátricos, neurológicos y cognitivos.
Hoy en día, la realidad virtual está ampliamente integrada en las prácticas terapéuticas y médicas, con protocolos validados clínicamente. Se utiliza en hospitales, clínicas y consultorios de psicólogos en todo el mundo para ofrecer a los pacientes tratamientos innovadores, efectivos y seguros.
Para utilizar la realidad virtual, es necesario sumergirse en un entorno virtual. Hay varias maneras de hacerlo:
Sistema CAVE: En el pasado, el CAVE (Cave Automatic Virtual Environment), un sistema 3D compuesto por múltiples paredes de pantallas, se utilizaba predominantemente.
El usuario se sumerge por completo en el mundo virtual y sus movimientos son detectados en tiempo real. Sin embargo, esta solución es costosa y menos accesible.
Gafas de Realidad Virtual: Desde aproximadamente 2016, con la aparición de dispositivos como Oculus Rift y HTC Vive, el uso de VR se ha vuelto mucho más accesible.
Estos cascos permiten al usuario sumergirse en la realidad virtual mediante una pantalla que proyecta imágenes virtuales. Los movimientos de la cabeza del usuario se rastrean, lo que le permite mirar a su alrededor como lo haría en el mundo real.
Avances modernos: Hoy en día, los cascos de VR son inalámbricos y autónomos, ofreciendo así una comodidad y facilidad de uso máximas.
Un entorno virtual es una simulación digital inmersiva creada mediante realidad virtual. Permite al usuario moverse en un espacio 3D que reproduce de manera realista situaciones cotidianas o contextos específicos.
En el ámbito de la salud mental, estos entornos están diseñados para ayudar a las personas a exponerse de manera progresiva a ciertas situaciones, trabajar en la gestión de emociones o mejorar sus habilidades cognitivas. Gracias a la interacción con estos espacios virtuales, es posible vivir experiencias envolventes y adaptadas a las necesidades individuales de cada persona.

Necesitas equiparte con un casco de realidad virtual. Nuestro software es compatible con Meta Quest 2, 3 y 3S.
Luego, solo necesitarás una conexión a internet.

Numerosos estudios confirman que el uso de la realidad virtual no es peligroso. Sin embargo, existen algunas restricciones para proteger a los usuarios de posibles efectos negativos.
Por ejemplo, las personas con epilepsia y las mujeres embarazadas no deben utilizar este tipo de terapia.
Como con cualquier tecnología inmersiva, un uso prolongado puede provocar fatiga visual o una ligera incomodidad, especialmente en personas sensibles al mareo por movimiento. Por eso, se recomienda hacer pausas regulares y adaptar la duración de las sesiones según las necesidades de cada usuario.
Los entornos virtuales están diseñados para ser progresivos y controlados, minimizando así el riesgo de ansiedad excesiva. La mayoría de los usuarios se adaptan rápidamente a la inmersión y experimentan los beneficios de este enfoque innovador desde las primeras sesiones.
Los trastornos de ansiedad y las fobias pueden tratarse mediante la realidad virtual. El paciente se expondrá a situaciones que generan ansiedad en diferentes entornos de forma gradual y progresiva, manteniéndose siempre en un lugar seguro. De esta manera, se creará un proceso de habituación que poco a poco reducirá e incluso eliminará la ansiedad.
Las adicciones conductuales y a sustancias también son patologías que pueden tratarse mediante la realidad virtual. Gracias a estímulos sintéticos colocados en los entornos que provocan respuestas de deseo ("craving"), los pacientes en situaciones de adicción pueden trabajar en la gestión de su anhelo para disminuir la respuesta de consumo.
Además, las múltiples situaciones (bar, casino, contextos sociales) permiten un trabajo cognitivo sobre las creencias disfuncionales relacionadas con la singularidad de cada situación de tentación.
En cuanto a los trastornos de la conducta alimentaria, los programas de realidad virtual permiten abordar factores etiológicos fundamentales como la dismorfofobia, el bloqueo alocéntrico (tendencia a centrarse en los demás en lugar de en uno mismo) y el deseo de comer ("food craving").
Asimismo, en el manejo de la TERV (Terapia de Exposición con Realidad Virtual), disponemos actualmente de múltiples programas que responden a factores psiquiátricos, psicológicos y neuropsicológicos importantes: relajación, estimulación cognitiva, activación conductual, habilidades sociales, entre otros.
La reminiscencia es una herramienta terapéutica clave en el tratamiento de la depresión. Al ofrecer a los pacientes la posibilidad de revivir sensaciones relacionadas con actividades placenteras previamente realizadas (como el deporte, la conducción o los viajes), se estimulan las áreas cerebrales hipoactivas, favoreciendo así el éxito terapéutico. La realidad virtual se presenta como un mediador muy útil para reactivar el interés en actividades placenteras.
Por otro lado, la estimulación cognitiva en personas mayores también es una posibilidad que ofrece la realidad virtual. Gracias a la tecnología, que hace que las actividades de estimulación sean más entretenidas y accesibles, los pacientes y residentes de EHPAD pueden trabajar sus funciones ejecutivas y su memoria mediante aplicaciones diseñadas específicamente para esta población.
Hoy en día, la realidad virtual en el campo de la salud mental está avanzando a un ritmo acelerado. Investigadores, clínicos y desarrolladores están trabajando en nuevas patologías objetivo para ofrecer próximamente dispositivos terapéuticos innovadores y efectivos.
La realidad virtual puede ser utilizada por todos los profesionales de la salud que acompañan a pacientes con ansiedad, fobias, trastorno de estrés postraumático, adicciones u otros trastornos psicológicos.
Es especialmente adecuada para psicólogos, psiquiatras, neuropsicólogos, enfermeros especializados, así como para psicomotricistas, fisioterapeutas, dietistas, sofrologos, hipnoterapeutas o cualquier otro terapeuta involucrado en la gestión del estrés o el bienestar mental.
Gracias a una variedad de entornos inmersivos, esta tecnología enriquece los enfoques terapéuticos y proporciona herramientas innovadoras para mejorar el cuidado de los pacientes.
Al equiparse con dispositivos que permiten la Terapia de Exposición con Realidad Virtual (TERV), los terapeutas pueden ampliar su campo de práctica. La TERV es un enfoque terapéutico integral que aborda de manera efectiva diversos desafíos psicológicos.
Adoptar esta solución terapéutica también ayuda a los terapeutas a destacarse entre los prescriptores y diferenciarse de las opciones de tratamiento más convencionales.
Además, más allá de ser una ventaja estratégica para el crecimiento de una consulta o un centro de atención sanitaria, la TERV cuenta con el respaldo de la validez científica de la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC). En la práctica clínica, fomenta el compromiso terapéutico gracias a su carácter interactivo y atractivo.
Asimismo, esta tecnología ofrece un importante ahorro de tiempo, ya que una amplia gama de entornos de exposición están fácilmente accesibles desde el consultorio del terapeuta.
Uno de los grandes beneficios de la realidad virtual es que es efectiva en un amplio espectro de la población. Las investigaciones muestran que puede usarse con personas de diferentes edades, obteniendo resultados terapéuticos significativos.
Adultos:
Los estudios evidencian una excelente viabilidad y resultados significativos en el tratamiento de trastornos de ansiedad (incluida la fobia escolar), autismo, adicciones, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos neuropsicológicos, psicóticos y afectivos.
Adolescentes:
En adolescentes, la realidad virtual tiene un valor añadido al aumentar su compromiso terapéutico e interés en la terapia.
Adultos mayores:
En adultos mayores, los estudios sugieren su uso para estimular la cognición, tratar trastornos del comportamiento y reducir la ansiedad.
Uno de los grandes beneficios de la realidad virtual es que es efectiva en un amplio espectro de la población. Las investigaciones muestran que puede usarse con personas de diferentes edades, obteniendo resultados terapéuticos significativos.
Adultos:
Los estudios evidencian una excelente viabilidad y resultados significativos en el tratamiento de trastornos de ansiedad (incluida la fobia escolar), autismo, adicciones, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos neuropsicológicos, psicóticos y afectivos.
Adolescentes:
En adolescentes, la realidad virtual tiene un valor añadido al aumentar su compromiso terapéutico e interés en la terapia.
Adultos mayores:
En adultos mayores, los estudios sugieren su uso para estimular la cognición, tratar trastornos del comportamiento y reducir la ansiedad.
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